
Después de seis horas de viaje, y una más de avería en Atocha, donde además nos robaron el termo de Lucas…y tras considerar este trayecto como el peor viaje de nuestras vidas, finalmente llegamos a Uyuni, donde nos dimos la ducha más gratificante también de nuestras vidas y cenamos comida mexicana acompañada de “Potosina Pilsener”. Al día siguiente excursión en 4x4 al Salar con un japonés, un chino y un americano, el chofer boliviano, Lucas argentino, y yo portuguesa... ¡un quilombo, no habló nadie en todo el viaje!
Conclusión: ¡Qué chicos nos vemos en tanta inmesidad!